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Más abajo tienes un VÍDEO con extractos del contenido

fundidos en una bellísima música y en hermosas imágenes


La historia, fotografía e imágenes y el correspondiente vídeo han sido creados por María José Moreno

Tercera Narración de la Colección «Estrellita»

La música del Vídeo pertenece al espléndido compositor Juan Carlos García

 

Episodio III. «Con esta canción recordarás que lo bueno y hermoso se encuentra en todas las situaciones…»


***

Estrellita, ´Yo Soy´ [Episodio III]

 

Es media mañana y Estrellita está junto a la puerta de la verja del jardín con su muñeca ´Princesa´. Agarrada a los barrotes y con la carita casi fuera mira a la gente pasar y la saluda. Sabe muy bien que no debe de salir a la calle. Tiene tres añitos y es demasiado pequeña para ir sola o con otros niños. No obstante puede jugar con sus primos cuando vienen de visita; también se reúne con vecinitos de su edad, o incluso más mayores, cuando mamá o papá o cualquiera de sus hermanos la llevan al parque o a la plazoleta que hay muy cerca de casa.

Gracias a estas salidas ha oído hablar de ´los rubios´, unos chicos grandes muy temidos en el círculo de amiguitos que frecuenta Estrellita. Ella siempre va con adultos y está a salvo, pero desea fervientemente que los niños jueguen tranquilos. Se comenta que hacen llorar a los más pequeños y que les quitan los juguetes. Aunque no presta demasiada atención a esas cosas, es cierto que una vez le cogieron el balón a su vecino Paquito sin importarles que berreara a voz en grito, ¡y eso que Paquito tiene ya cinco años! Cuando se lo devolvieron estaba manchado de barro… A pesar de ello Estrellita está segura de que en el fondo son buenos; de que pueden llegar a portarse tan bien como los demás.

Ese día, aferrada a la cancela medioabierta, ve pasar frente a sí a uno de ´los rubios´. Permanece quieta, decidida a no temerle; la muñequita firmemente asida. Cuando ya el chaval ha rebasado la casa se atreve a decir ´adiós´ con un hilo de voz que nadie oye…

Justo en ese momento el alegre silbido de una cancioncilla atrae su atención. Es su hermano Gabriel que vuelve de hacer unos recados. Le encanta silbar, sobre todo cuando se trae algo importante entre manos. Bromeando con ella la coge en brazos:

- « ¡Huuyyy, cuánto estás creciendo! ¿Te vienes un rato al estudio? »

 

Gabriel es el cuarto de los siete hermanos que tiene y quizás con quien más suele andar. Es todo un artista y, como los demás, cuenta con un habitáculo propio en el ático donde crea bellos cuadros.

- « ¿Qué te ha pasado en la rodilla? », pregunta al ver la tirita que lleva puesta la niña.

- «Se raspó antes, cuando buscaba la pelotita de goma entre los arbustos del jardín», le explica. Al ver la cara interrogante del hermano, prosigue: «Es que se había colado por debajo del macizo grandote y para cogerla tuve que entrar a gatas».

- « ¡Vaya!», exclama el muchacho.

- «Pero mamá me ha dicho que eso no tiene importancia y que se cura enseguida porque la rodilla ´quiere´ estar sanita», replica mientras balancea sonriente la pierna.

Estrellita revive cómo esa mañana acudió compungida ante su mamá al advertir unas gotitas de sangre. Inmediatamente se sintió confortada cuando escuchó su tranquila voz:

- « ¡Pues yo veo una rodilla preciosa y perfecta a punto de florecer! » Después, con gesto de complicidad, añadió: « ¿Sabes? Te voy a enseñar una canción que te servirá en esta y en otras ocasiones. La puedes cantar con una música parecida a la del villancico ´Campanita del lugar´, ¿lo recuerdas?; también puedes usar otro tono que te guste».

Y, entre risas y equivocaciones, juntas la cantaron hasta que la niña se la aprendió:

 

«Canto, canto muy contenta: ´YO SOY´ Luz en mí.

«Canto, canto muy contenta: ´YO SOY´ Luz en mí.

«Brilla, brilla, rodillita, la Luz del ´YO SOY´ en ti.

«Brilla, brilla, rodillita, la Luz del ´YO SOY´ en ti. »

 

- «Mi niña, con esta canción recordarás que lo bueno y hermoso se encuentra en todas las situaciones, aunque a veces no lo parezca a simple vista. Cántasela a todo aquello que desees ver mejorado y a todo aquello que desees agradecer. Cántasela a la Vida misma, porque la Vida solo quiere el Bien para nosotros». Con las manos de su hija entre las suyas le sonrió tiernamente: «La Vida AUTÉNTICA es siempre Amor y Luz».

- « ¿Si la canto todo se arregla, mamá? », preguntó alegre la niña.

- «Si la cantas con amor ayudarás a que lo mejorcito de cada cosa salga a la luz».

Y así lo hace, ¡con todo su corazón! 

En el blanco estudio, organizado actualmente en base a un proyecto que acaba de comenzar, Gabriel la escucha cantar absorto.

- «Mamá dice que cantemos desde el corazón, con la letra y el tono que nos guste».

- «Resulta que estoy preparando una colección de cuadros para mostrar la armonía que hay entre la naturaleza y las personas…» Y añade pensativo: «Creo que yo también voy a cantar para que sea una colección que lleve felicidad a todo aquel que la contemple».

Estrellita, feliz de compartir el gran regalo que su mamá le hiciera, oye embelesada la voz de su hermano Gabriel totalmente segura de que lo que dice la letra se va a realizar:

 

«Canto, canto muy contento: ´YO SOY´ Luz en mí.

«Canto, canto muy contento: ´YO SOY´ Luz en mí.

«Brilla, brilla, lindos cuadros, la Luz del ´YO SOY´ ahí.

«Brilla, brilla, lindos cuadros, la Luz del ´YO SOY´ ahí. »

 

En una esquina del estudio un cuadro campestre al óleo descansa sobre un pequeño caballete. Los colores son brillantes; el tema, muy sencillo. Al lado, un bol con tres pinceles y una paleta esperan ser usados por Estrellita.

Gabriel y ella llevan tiempo pintando juntos ese lienzo. Representa una muchacha sentada bajo un árbol y leyendo un libro. El Sol corona el cielo; el suelo está completamente verde; junto a la chica, una sola margarita blanca asoma por entre la hierba. Ahora la niña pinta decidida una gota de color blanco en la cúspide del árbol, sobre la cabeza de la muchacha, en el extremo del libro y en el centro de la flor. Después contempla la obra muy seriamente.

Algo le ronda por la cabeza. Mira el Sol y cada una de las motas blancas alternativamente… 

- «Gabi, ¿el ´YO SOY´ también está en el Sol?». Parece muy concentrada.

- « ¡´YO SOY´ es la Luz que vive en todo! ´YO SOY´ aquí, ahí, allí… ´YO SOY´ en ti, en mi…». Sonríe: «Venimos del Sol, Estrellita, y un día seremos Soles dando y dando Luz».

Cauta, y tras una breve reflexión, agrega otra pizca blanca al Sol. A continuación coge el pincel más fino y culmina cada mota blanca con una chispa de color amarillo dorado.

- «Pues si ´YO SOY´ es la Luz y además está en todo…» Observa lo que acaba de hacer y asiente sosegadamente: «Entonces todo debe brillar». Después se reafirma: «Sí, ahora todo brilla  y brilla… ¡y el Sol El que más! », y riendo suelta los pinceles satisfecha.

Al cabo de algunos días ve de nuevo a ´los rubios´. Esta vez van los dos hermanos. Cuando pasan cerca de la verja les saluda tímidamente con un ´hola´. Aunque parecen no haberla escuchado, se alegra de haberlo hecho. En su cabeza rememora la canción:

 

«Canto, canto muy contenta: ´YO SOY´ Luz en mí.

«Canto, canto muy contenta: ´YO SOY´ Luz en mí.

«Brilla, brilla, niños rubios, la Luz del ´YO SOY´ ahí.

«Brilla, brilla, niños rubios, la Luz del ´YO SOY´ ahí. »

 

Y entonces, al punto, advierte cómo el menor de los hermanos gira la cabeza y sonríe. 


FIN

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